Candela: La Alicantina que desafió la rutina y encontró la felicidad en Francia

Candela, una alicantina de 35 años, ha vivido una vida de contrastes entre su querida ciudad natal y su hogar actual en Mont de Marsan, cerca de Burdeos, Francia. Su historia es un testimonio de la búsqueda de la felicidad y la realización personal a través de un cambio de vida radical.

Un comienzo en Alicante

Nacida en Alicante, Candela pasó su infancia en la soleada ciudad costera. Sin embargo, su vida dio un giro cuando consiguió un trabajo estable en la recogida de residuos durante 4 años, gracias a la prejubilación de su padre. A pesar de la estabilidad laboral, Candela no encontraba la felicidad en su trabajo nocturno y rutinario. “Han sido tantas noches recorriendo la ciudad sola que cuando no conoces otra cosa, piensas ‘ojalá me hagan fija’, pero eso no era mi final”, comenta. Candela ya había tenido una experiencia previa en Francia trabajando en la vendimia, lo que la hizo reflexionar sobre las diferencias en las condiciones laborales entre ambos países. “Me di cuenta de que no estaba hecha para tener solo un mes de vida al año”, agrega.

El cambio a Francia: En busca de una vida mejor

En julio de 2021, con determinación, Candela decidió dar un paso audaz tras finalizar su trabajo en Alicante. En plena pandemia, se mudó nuevamente a Francia, donde encontró oportunidades laborales que le ofrecían un buen sueldo y condiciones favorables. “Vi que había una temporada para recoger maíz, y me vine con mi hermano y ya nunca he vuelto, solo de visita”, explica.

En Francia, Candela trabaja a través de una empresa de trabajo temporal (ETT) durante todo el año. Esta elección le permite tener un mayor control sobre su tiempo y disfrutar de una variedad de trabajos, desde la vendimia hasta la preparación de cestas de Navidad. “Gestiono mi tiempo y mi dinero”, afirma, destacando su capacidad para organizar sus vacaciones y pasar tiempo con su familia en Alicante durante las festividades.

Un día típico en la vida de Candela en Francia


Un día típico en la vida de Candela en Francia comienza temprano, a las 6:45 a. m., con un café y el cuidado de su perro. Luego se dirige a su trabajo, actualmente involucrada en la preparación de cestas de Navidad, una tarea que encuentra divertida y creativa. Sus días laborales finalizan a las 15:30 H, lo que le brinda tiempo para ejercitarse, hablar con amigos o simplemente relajarse. Los fines de semana, Candela disfruta de su tiempo libre, explorando eventos culturales como las Jornadas Europeas del Patrimonio (JEP) en Francia, donde los museos abren sus puertas de forma gratuita.

Diferencias culturales y desafíos

A pesar de las ventajas que ofrece la vida en Francia, Candela ha notado algunas diferencias culturales significativas. Como mujer lesbiana, siente que la aceptación y la libertad en cuanto a su identidad son diferentes en comparación con Alicante, donde experimentaba una mayor apertura.

 Por otro lado, destaca que los horarios en Francia son más tempranos, tanto en el trabajo como en las actividades diarias, y ha notado un comportamiento más formal y educado por parte de los franceses, aunque a veces percibe una hipocresía latente y un problema de racismo.

Cuando se le pregunta sobre lo que más extraña de España, Candela menciona la comida española, en particular, el desayuno español con tostadas de jamón y queso, así como las croquetas. También extraña el mar y la sensación de vivir en una ciudad costera. Sin embargo, su decisión de quedarse en Francia se basa en las oportunidades laborales y de formación que le ofrece el país galo.

El futuro en Francia: Oportunidades y aspiraciones

En Francia, puedes escribir tu sueño en un papel y realizarlo

Candela se imagina su futuro en Francia, donde planea seguir desarrollándose personal y profesionalmente. A través de programas de formación y asesoramiento laboral, Francia le brinda la oportunidad de obtener títulos y habilidades sin tener que preocuparse por la falta de ingresos.

 “En Francia, puedes escribir tu sueño en un papel y realizarlo”, concluye, destacando las ventajas de vivir en un país que le permite equilibrar trabajo, formación y calidad de vida de una manera que encontró difícil de alcanzar en España. Aunque extraña su tierra natal, Candela ha encontrado en Mont de Marsan la oportunidad de vivir de acuerdo a sus deseos y aspiraciones personales.

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