Hans Christian Andersen. Un autor enamorado de Alicante

Innumerables artistas han recorrido la costa alicantina, uno de los que quedaron enamorados de ella fue el escritor y poeta danés, Hans Christian Andersen.

Una de las características de las obras de Andersen es que este dotó a sus personajes con una psicología muy compleja, muy diferente a la de los cuentos narrados hasta entonces. Prestó especial atención a los humildes, los desheredados y a los seres a los que la sociedad arrincona.

Un patito feo convertido en un cisne

“El patito feo es uno de sus cuentos clásicos con mayor importancia y significado en la vida del autor.

Cuando Andersen era pequeño se sentía sensible, delicado, pobre y poco agraciado. Se sentía excluido. Pero finalmente con esfuerzo triunfó y fue recibido por grandes e ilustres personajes.

Ha dado su nombre a los Premios Andersen, destacados por ser los nobeles infantiles, y en su honor, cada 2 de abril, se celebra el día internacional del libro infantil y juvenil.

Muchos de estos cuentos se han convertido en grandes clásicos y se siguen leyendo a los más pequeños del hogar.

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Escultura Hans Christian Andersen en Central Park
Escultura Hans Christian Andersen en Central Park

El cuento clásico de “La sirenita”

Esta obra fue publicada en 1837 en Copenhague. Andersen narra la historia de una joven sirena, que al cumplir los 15 años salió a la superficie para observar a los humanos.

El enamoramiento

Mientras la joven sirena observaba a los humanos desde una distancia prudencial, pues tenía totalmente prohibido cualquier interacción con ellos, una tormenta hundió el barco de un príncipe, el cual se hundió en el océano, siendo rescatado por esta, que se enamoró de él nada más verle.

El dolor de caminar

A fin de poder estar con su amado, la sirena fue a visitar a una hechicera para pedir que la dotase de piernas que le permitieran caminar en la superficie, petición que fue aceptada por la hechicera con una condición, su hermosa voz a cambio de piernas y si el príncipe se casa con otra, ella moriría. También le advirtió que cada paso que diera con sus piernas sería muy doloroso.

Una vez producido el cambio, la sirena se arrastró hasta la orilla encontrándose con el príncipe, el cual decidió cuidarla. Este le confesó que se había enamorado de otra mujer, la cual él creía que le había rescatado del naufragio y que iba a casarse con ella, lo cual partió el corazón a la sirena que decidió esperar su muerte al amanecer.

Muerte y esperanza

Al enterarse de lo ocurrido, las hermanas de la sirena, visitaron a la hechicera para intentar salvar a su hermana menor. Dándoles está un puñal con el cual la sirena debía matar al príncipe para librarse de la maldición, sin embargo, la sirena decidió no matar al príncipe, pues aún lo amaba y se lanzó al mar para morir, sin embargo, las hadas del viento tras ver el sacrificio de la sirena evitaron ese desenlace invitándola a ser una de ellas, para después de 300 años haciendo el bien a los hombres pudiera recibir un alma eterna.

Cristian Andersen y la ciudad de Alicante

España fue una obsesión para Christian Andersen a lo largo de toda su vida. Logró su sueño de recorrer la península a los 58 años, en el año 1863, siendo ya en aquel entonces uno de los escritores más conocidos de Europa y con múltiples reconocimientos por príncipes, aristócratas y artistas.

Su principal motivación para visitar la península fue un recuerdo de su infancia sobre un soldado español que se encontraba en Dinamarca en 1808 para fortalecer el bloqueo contra los ingleses. Andersen describe este pasaje de su vida en su autobiografía titulada “El cuento de mi vida”:

“Un buen día, me alzó un soldado español en sus brazos y apretó contra mis labios una medalla de plata que llevaba colgando en su pecho desnudo. Recuerdo que mi madre se enfadó mucho y dijo que eso era católico, pero a mí me habían gustado la medalla y el extranjero aquél, que bailó girando conmigo en brazos mientras lloraba; por lo visto él tenía niños allá en España”

Al tercer día de su viaje a España, el poeta y escritor se desplazó a la ciudad de Alicante. Era el inicio de un amor que duraría para siempre.  Durante su primera noche en la ciudad ya sintió toda la magia de la costa, de sus olas, de la iluminación y de una excepcional noche de verano.

Ruta en alicante de Christian Andersen
Ruta en alicante de Christian Andersen

El autor describe en su libro la ciudad de Alicante:

“La fisionomía de la ciudad la componen casas encaladas, con techos planos y balcones volantes; hay un par de calles pavimentadas y una alameda (La Rambla) que evoca un fragmento de bulevar parisino. Los árboles no dan mucha sombra, que digamos; no obstante, la gente se sienta en fila en los bancos de piedra y se dedica a mirar a los que pasean”.

Así como la ruta que realizó el autor cuando visitó la ciudad, la cual pasa por el Mercado (hoy casa Carbonell):

“Aquí amontonaban las naranjas como las patatas en Dinamarca; cebollas y uvas enormes colgaban de las vigas verticales, cual si brotasen de la madera muerta. Por fuera se extendía la calle principal de la ciudad, con edificios imponentes, entre los cuales destacaba, más que ninguno, el Ayuntamiento que, con sus torres en las cuatro esquinas, parece algo”.

La catedral de San Nicolás, sus playas y el puerto, el cual describe de forma nostálgica:

“(…)hallé el puerto (…) y contemplé las relucientes estrellas y escuché el rumor del mar(…)”.

Hans Christian Andersen buscaba ideales románticos y encontró inspiración en la ciudad de alicante y su gente, en las leyendas árabes, los romances del Cid y el espíritu de Cervantes.

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